Los carnavales de México se caracterizan por su color y tradición. Desfiles, danzas, música y color son algunos factores de la celebración dispuesta a encantar al público. Sin embargo, el Carnaval de Campeche es el más antiguo de la región y la festividad con más historia de América.
Algunas de las celebraciones más conocidas de Latinoamérica son el Carnaval de San José y el Carnaval de Santo Domingo. Sin embargo, el Carnaval de Campeche es considerado el más antiguo de México.
Se celebró por primera vez en el año 1582, cuando el gobernador del estado de Campeche Miguel de las Cazas otorgó el permiso para que se pueda efectuar el carnaval. Por lo tanto, se ha convertido en uno de los más longevos y esperados, vinculado a la historia del país.
Años atrás, los festejos del carnaval pertenecían a la élite campechana y solo los hacendados lo celebraban. Ellos mismos se encargaban de disfrazarse con antifaz decorados con plumas exóticas.
Sin embargo, durante la época de la colonia, la iglesia intervino para que los esclavos negros que servían a los españoles pudieran tener días libres antes de iniciar los días de pascua. Por tanto, los esclavos comenzaron a participar de los festejos, mezclando ritmos africanos con antillanos.
El carnaval de la ciudad de Campeche, actualmente se festeja durante 17 días en el sureste de México, es una de las más espectaculares y coloridas del continente. Su andadura se desarrolla con el Paseo fúnebre y el Entierro del mal humor, un ritual representado por un muñeco de trapo vestido como un pirata que recorre las calles y el malecón de Campeche que, posteriormente, es colocado en un ataúd y prendido fuego.
La festividad continúa con el desfile de las flores, un recorrido de carros deportivos adornados con flores de papel y diversos colores. En ellos, van las reinas de las diferentes colonias de la capital campechana, así como los reyes del carnaval. Por lo tanto, Luciana Monzon, portavoz de REVIEWBOX, menciona que la mejor forma de inmortalizar este momento es portando un equipo básico de fotografía que pueda capturar imágenes a larga distancia.
“En Carnaval, con la cantidad de elementos que encontramos durante las fiestas, es preciso que sepamos escoger entre aquellas situaciones en las que podamos sacar mejor provecho a nuestra cámara. Por las características del evento, una cámara mirrorless no nos costará esfuerzo para llevarla todo el día con nosotros. Al no contar con un visor óptico, en un contexto como la de los carnavales donde hay tantos colores a nuestro alrededor, podremos ver el resultado final antes de capturar la imagen”.
Por otro lado, en esta gran fiesta también participan personas de todas las edades y familias. Por ello, si no pretendemos gastar dinero en la calle en comidas, podemos prepararnos para el desfile llevando unos ligeros sandwiches, unas galletas y algo de tomar. Tener todo a la mano nos permitirá disfrutar el desfile enteramente.